En el pequeño espacio que nos alberga nos abrazamos
desnudos. Algunos se sientan con la vista en otra parte
y el pensamiento así, dando vueltas como un papel, una hoja, o un niño
solito a la hora de la siesta, el gesto mustio.
¿Alguien habló alguna vez con una cucaracha?
Le pidió acaso que relate las historias del averno
su pertenencia demiúrgica al reino de la tierra…
¿Alguien ha perdido algo que no recuerda?
un sueño, un recuerdo, una miga de pan
algo parecido a un beso.
Son formas de esconderse en el muro
como la arena, la cal o el cemento,
hundirse
con el párpado abierto a otro abrazo
sin que nadie lo advierta
y tengamos que habitar los escombros.
Gonzalo Vaca Narvaja