miércoles, 6 de mayo de 2020

que el abrazo me abrace


que el abrazo me abrace bajo el cielo de mayo donde los primeros fríos nievan en la espalda y el vino regresa a la uva en el pájaro de la siesta
que el abrazo me abrace y me bese en los labios
donde remolonean los sueños
Ya habrá tiempo para pensar lo que dejamos,
un tiempo desierto, equidistante, donde nos miramos
sobre superficies distintas, extrañas, conocidas y próximas
o todo eso junto, o todo eso al revés, o todo eso combinado
que el abrazo me abrace
sin medida, sin tiempo, sin estaciones, ni mutaciones, ni extensiones o precisiones, o destrucciones, que sencillamente me abrace desde la sangre desde el vientre / y la prisa, desde el presente y el futuro /  me abrace con pasión sin desidia, como compañeros me abrace como camaradas, como extravagantes y solidarios hijos del pueblo ajenos a los fascistas, y a los derechosos, a los liberales y a los asesinos, ajenos a los banqueros y los economistas de la muerte
que el abrazo me abrace como a un niño, no como consuelo de lo que he roto, sino de lo que he encontrado.
que el abrazo me abrace como un amante, sin despedidas
que el abrazo me abrace lejos de la iglesia y de los templos, de los sacerdotes y de los políticos de traje y de llaveros. Quiero que entre mocos y camisas salidas y torsos desnudos y medias tetas y pedos me abrace como se abrazan los amigos frente a lo inevitable y frente a las despedidas
que el abrazo me abrace sin tiempo, ni vergüenza, con un corazón que chispee galaxias y lugares comunes para todos los hombres que nacimos libres y deseamos la libertad de todos
Que el beso me bese, que la caricia me acaricie y la ternura me ternure, sin otra urgencia que la de cambiar el mundo

                                                               Gonzalo Vaca Narvaja

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