que el abrazo me abrace bajo el
cielo de mayo donde los primeros fríos nievan en la espalda y el vino
regresa a la uva en el pájaro de la siesta
que el abrazo me abrace y me bese
en los labios
donde remolonean los sueños
Ya habrá tiempo para pensar lo
que dejamos,
un tiempo desierto, equidistante,
donde nos miramos
sobre superficies distintas, extrañas,
conocidas y próximas
o todo eso junto, o todo eso al
revés, o todo eso combinado
que el abrazo me abrace
sin medida, sin tiempo, sin
estaciones, ni mutaciones, ni extensiones o precisiones, o destrucciones,
que sencillamente me abrace desde la sangre desde el vientre / y la prisa,
desde el presente y el futuro / me
abrace con pasión sin desidia, como compañeros me abrace como camaradas, como extravagantes
y solidarios hijos del pueblo ajenos a los fascistas, y a los
derechosos, a los liberales y a los asesinos, ajenos a los banqueros y los
economistas de la muerte
que el abrazo me abrace como a un
niño, no como consuelo de lo que he roto, sino de lo que he encontrado.
que el abrazo me abrace como un
amante, sin despedidas
que el abrazo me abrace lejos de
la iglesia y de los templos, de los sacerdotes y de los políticos de traje y de
llaveros. Quiero que entre mocos y camisas salidas y torsos desnudos y medias
tetas y pedos me abrace como se abrazan los amigos frente a lo inevitable y
frente a las despedidas
que el abrazo me abrace sin
tiempo, ni vergüenza, con un corazón que chispee galaxias y lugares comunes
para todos los hombres que nacimos libres y deseamos la libertad de todos
Que el beso me bese, que la
caricia me acaricie y la ternura me
ternure, sin otra urgencia que la de cambiar el mundo
Gonzalo Vaca Narvaja
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