El
agua cae
al
costado de la piedra
en el rojo
crepúsculo
de la tarde
apenas percibida.
Es
efímero el día
precaria
la brisa.
Para
todos hay vida,
menos
para el ruin
conquistador
de la noche.
El
viento sobre el valle
regresa la
voz
secreta
de los hombres.
Un
pájaro en picada
exhala
el tiempo por venir.
Conservo
la tierra en la memoria
de
la infancia,
el
oleaje de los cerros
la
seca espuma
del
trigo naufragado.
Conservo
la tierra.
El
aroma del suelo mojado,
el
polvo sujeto
en
la esfera del mundo
con
el perfume interior
de
la corteza.
Conservo
la tierra,
la
memoria de mi padre
y
de mi hermano
donde
el tiempo
me
convoca y me destierra.
Nada
de lo que es ha sido cierto
y
el hombre contra el hombre
el
alimento contra el hambre
el
cobijo contra la intemperie.
Hay
guerra en el silencio.
Conservo
la tierra
el
fino polvo
en
que se convertirá el mundo.
Gonzalo Vaca Narvaja
Gonzalo Vaca Narvaja
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