martes, 18 de febrero de 2020

Llaves del 24 de marzo


II



Existen llaves
viejas, nuevas, extrañas
de metal, de piedra, o de hueso
llaves que sirven para cerrar
y abrir
Hemos creado cosas absurdas
en el tiempo
inútiles y lastimosas como las puertas
a veces las golpeamos
también las empujamos
Simulamos voces lejanas:
un chirrido, una campana, el timbre
solo para anunciar
que allí estamos
que somos
que necesitamos
aunque no sepamos qué es eso.


III



En mi llavero cuelga un recuerdo.
Es una llave frágil, extraña, diminuta.
Tiene un índice – como el dedo-
y un círculo eterno pequeño y perceptible
como un rastro druida.
Tintinea.
Se vuelve esquiva, y pesa
como la ausencia en los días nublados.
No abre puertas. Las dibuja.
Brilla cuando un beso se abre en otra boca.
Sola, callada, en silencio.
Se abraza al aire en un día de marzo
en medio del desierto.
Nació en la extrañeza de una calle
llamada exilio,
al costado del silencio,
lejos muy lejos de la vida.

En mi llavero cuelga un recuerdo
una manera de andar el mundo
con un puñado de nombres
en el documento.


Gonzalo Vaca Narvaja

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