El mundo se despliega y se
extiende
donde algo se oculta.
Se trata de enlodarse las manos
lejos del jabón blanco y
espumoso.
Hincar la carne en espinas agudas
y filosas
caerse sobre las heces de un
chacal y aparecer allí
donde la vida te hace el cuento
y vos reís. Se trata siempre de
hinchar las venas del cuello
gesticular un grito
y golpear sobre el vientre
de esta ciudad de cemento.
Se trata de no parecer sencillo
ni austero, ni bueno,
sino aquel que muestra sus
dientes
para morder la carne
con furia, con hambre, con
dignidad.
Arrugar el pliegue, distender la
vida
enlazar la sombra
y dejar sobre la mesa
los últimos pañales de la
infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario