jueves, 17 de octubre de 2019

Los besos




Se le caen los labios en la vereda.
Se caen
de asombro
de pena y de cansancio
sin besar el pavimento, las alcantarillas
o los pálidos árboles,
desquiciados
y enmudecidos.

Recojo y pateo
la tristeza de los últimos días.
Desconcierta el color labial de los balcones,
sus geranias lágrimas
lluvia de bocas
con sonidos de chatarra sobre la avenida.

Nada es como era.

No hablo de besos.
La tierra es un vasto cementerio
donde mezclar los huesos.
Sigo los pasos de una sombra contra el muro
adivino su oreja
la oigo carcajear
como un puñal en medio de la leche.


Gonzalo Vaca Narvaja

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